El concepto “llave en mano” nace de la imperiosa necesidad de reconciliar la fragmentación de responsabilidades en la ejecución de una obra. Donde la burocracia e irresponsabilidad de las muchas y diferentes partes involucradas en un proyecto impactaba en los costos y tiempos para la consecución de una obra.
Bajo la el concepto “Llave en mano”, la multitud de partes interesadas se reduce a solo 2, el promotor (dueño-contratante) y el agente (Ejecutor de la obra), logrado así una mayor eficiencia en la concepción, diseño, construcción y puesta en marcha del proyecto.